"Precauciones todas,
alarma ninguna".
Me encanta la chispa de María Teresa Fernández de la Vega. De su boca salen eslóganes como éste, joyitas que lo mismo valen para prevenir embarazos no deseados que una pandemia.
En ocasiones me siento más inepta de lo normal, y es que aún no acabo de captar la intríngulis de esos enunciados que dicen: "No se preocupen, pero no salgan de casa". ¿Entonces eso significa que algún tipo de alarma-miedito habrá, no?
Eso sí, los amantes de lo políticamente correcto estaban tardando en tomar medidas al respecto. Creo que esta vez han sido mandamases de la ONU, que parece que han difundido en un comunicado urgente a los mass-media-oh-yeah que no se les ocurra llamar a esta gripe "porcina", que queda muy feo decir que estás infectado de eso, y más aún si es tu epitafio. Y además, ¿qué me dicen del colectivo de nuestros amigos los cerdos? Seguro que han puesto la peste, digo el grito, en el cielo, y con razón. Somos unos cochinos racistas y desalmados.
Sospecho que los de PETA están detrás de este cambio de nombre. ¡Uy! ¡Lo siento! Como buena periodista freelance que soy se me había olvidado decir lo más importante: que la gripe que nos hace quedarnos en casa -aunque tranquilos y sin miedo, no lo olviden-, se llama ahora gripe 'A'. A, de a secas. En la línea del plan E, de ZP.
Me gustaría hacer hincapié ahora acerca de la responsabilidad de los medios de comunicación en tanto en cuanto adquieren el perverso lenguaje de los portavoces del poder. Se nos da todo hecho y mascado, así nos han dicho las cosas, y así os las hemos contado. Así que ya saben: ¡Paren las rotativas! ¡Cambien "porcina" por "A"!
Con todo, lo único que he sacado en claro de todo esto es que los fabricantes del Tamiflú son ahora los nuevos ricos de este decadente mundo en crisis.
Pie de foto: Foto sustraida vilmente y sin compasión por su autor de aquí. Muchas gracias y disculpen las molestias.
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