jueves, 22 de noviembre de 2012

Soy feliz con poco

Esta mañana he cumplido un sueño. Me he dispuesto a pagar sumisa el ticket de la OTA cuando he descubierto que había un par de monedas (euro y pico) en la 'bandejilla'. Casualmente, la 'otera' estaba detrás de mí supervisando que la máquina funcionaba correctamente o algo así -risitas maliciosas-. Con una frialdad pareja a los 8 grados que marcaba el termómetro, me he apropiado de la calderilla y, mitad culpable, mitad triunfal, he abandonado la escena del crimen. Cual político impune e inmune, me he dirigido ipso facto a tomar un café. Invita el Karma.



jueves, 18 de octubre de 2012

"Y hasta el más sabio de vosotros no es más que un ser híbrido, mitad planta, mitad fantasma".

No es un tuit, es Friedrich Nietzsche.

Saboréenlo.

domingo, 5 de agosto de 2012

"La melancolía es un licor bien caro... ... y no te has dado cuenta ya te ha emborrachado..."


viernes, 3 de febrero de 2012

La delgada línea entre la perspicacia y la tontería


Al volver del anodino y decadente trabajo, nada reconfortaba más a Rodolfo Maguto que releer, degustar, saborear una vez más un párrafo grandioso y magistral de su mejor amigo y psicoterapeuta:

"Nos encontramos, pues, con la misma diferencia que eternamente existe entre el tonto y el perspicaz. Éste se sorprende a sí mismo siempre a dos dedos de ser tonto; por ello hace un esfuerzo para escapar a la inminente tontería, y en ese esfuerzo consiste la inteligencia. El tonto, en cambio, no se sospecha a sí mismo: se parece discretísimo, y de ahí la envidiable tranquilidad con que el necio se asienta e instala en su propia torpeza. (...) No hay modo de desalojar al tonto de su tontería, llevarle de paseo un rato más allá de su ceguera y obligarle a que contraste su torpe visión habitual con otros modos de ver más sutiles".


José Ortega y Gasset, La rebelión de las masas


Sólo entonces, tras la lectura terapéutica y analgésica, lograba Rodolfo Maguto conciliar el sueño y, acurrucado entre las sábanas de su fría soledad, soñaba con rebelarse contra un mundo despiadado... y digamos que en absoluto perspicaz.