domingo, 13 de julio de 2008

La ambición se va de vacaciones...


... Y buen viaje lleve.


Hoy tengo el día de entrega de premios:

Doy las gracias a mi tremenda familia, porque son sencillamente geniales y porque siempre tienen "medicinas" con las que curar mis "quitas existenciales". A veces un buen artículo, un buen libro, son suficientes para dejar de pensar en nuestro ombligo absurdo.

También quiero dedicar esta fotografía a la persona que me acompañó incondicionalmente en todas mis fotonoticias maltrechas. A ti Alondra, que como ya te he dicho, espero que México sepa recibirte como te mereces.

A la siempre increíble y dicharachera Olaia Saralegi Andereñoa, que el otro día me dio un susto pero que luego pensé que para alguien tan fuerte como ella, una pequeña farragosidad nunca es problema. Pronto nos veremos y haremos una sesión de monólogos, ¿ok?

Y por supuesto, a mi mutxu que no me da conversación por teléfono porque "sólo quiere escucharme y entenderme".

Y a la masa de necios, sencillamente, que os den.


Foto: El Retiro (By Alondra & Amaiasan).

sábado, 12 de julio de 2008

La noche en que todas mis teorías cayeron



¿Cuánto tiempo más había de pasar?. Yo misma comenzaba a hartarme de corroborar mis furibundas tesis una y otra vez. Todo el proceso de ilusión-esfuerzo-fracaso-esperanza-decepción para llegar por enésima vez a la misma conclusión...

Es lamentable, pero cierto. En mi época heavy escuchaba una canción que no me gustaba del todo pero cuya letra me convencía plenamente: “You know is sad but trueee…”.

Grosso modo, no importa lo que valgas ni lo que te esfuerces. No recuerdo ahora quien lo dijo, pero estaba la verdad de su lado cuando afirmaba aquello de “somos nuestro envoltorio”. Por cierto… ¿Os habéis fijado qué fácil es hacer un articulillo a base de pedazos de canciones perdidas y de frases huérfanas?, informa la agencia Amaiasan Press.

(Calma, yo no dije en ningún momento que esto que escribo aquí tuviera algún sentido. Tan sólo expulso gases lacrimógenos que, en ocasiones, suenan hasta poéticos y reggaetones).

En fin. Que una cree que el esfuerzo siempre es reconocido y recompensado y que hay que ser positiva y todo eso que nos dicen las páginas sepia que nos ofrecen trucos para integrarnos en el nefasto y crudo mercado laboral. Lo de ser positiva, salta a la vista: lo llevo francamente mal.

No soporto la falsedad más de ocho horas seguidas, no aguanto la hipocresía, la falsa superioridad de la gentucilla necia y apestosa… Todo lo que me rodea me corrompe, y eso pasa factura. Ya lo veis, a pesar de que parece que vivimos en un mundo de color de rosa Marina DiOr donde todos dormimos con la conciencia tranquila en colchones LoMásMónaco, lo cierto es que en la telenovela-reality-txow que es nuestra vida tienden a ganar los malos.

Me refiero a los prototipos de personas que son más hábiles que tú y que, siguiendo fieles la ley del mínimo esfuerzo y disimulando con asombroso ingenio su incompetencia, salen airosos de toda situación y encima se llevan la medallita que tú has forjado con tanta fe y esperanza.

Luego tienes que ver cómo pasean sus méritos mientras tu guardas un silencio que trata de ser digno pero que roza la cobardía y la estupidez. Quien calla otorga. Pero, ¿qué otorga?. ¿Qué aporta ese silencio que no te defiende y que es insignificante en el ruido incesante de esta gran ciudad que nos asfixia?.

Quizá dentro de poco vayamos a los montes a coger ese ticket que te dan en la carnicería para coger vez para gritar, para pegar un gran grito que nos libere y que nos lleve de nuevo a la posición fetal. Al kilómetro cero.
Libres.
Sin etiquetas.
Sin envoltorios.

lunes, 7 de julio de 2008

El Gran Becario te vigila (próximo fenómeno sociológico)


Antes de que algún listo/lista se apropie de la idea (una también tiene sus mecanismos, como la SGAE), presento aquí un boceto para un reality, surgido en pleno brainstorming en el café de sobremesa con mis queridos compañeros becarios. El nombre se lo debemos al semialaejano Ángel: “El Gran Becario”. Como veis, no es muy original, pero a esas horas, con la tripa llena y el cuerpo y la mente cansados, no hay mucha lucidez.

El programa televisivo se basa, como su propio nombre indica, en un grupo de becarios (y miembras becarias), que luchan por conseguir un puesto en un medio de comunicación. La propia empresa los vigila vía cámara oculta, lo cual resulta muy divertido porque permite al telespectador adentrarse en el turbio mundo de los trepillas y demás topos autóctonos: cómo piensan, cómo actúan, cómo manipulan, cómo las pasan canutas, etc. Además, será el público quien decida quién se queda y merece un contrato indefinido. También existe un segundo ganador que obtendría un ansiado contrato temporal. En el último puesto del podio, un tercer becario lograría unas bonitas sustituciones por maternidad y en horario nocturno.

En cuanto al jurado, cómo no, no podrían faltar los profesionales fijos que harían las veces de polis buenos y polis malos. Sobre todo los malos, ya que éstos suben la audiencia cual espuma del mar efervescente, con sus comentarios jocosos e hirientes a nuestros pobres y sometidos becarios. ¿Quién conseguirá hacerse hueco en este despiadado y trepidante (lo de ‘trepidante’ esconde un mensaje entre líneas, no creáis que no) mundo del periodismo?. ¿Conseguirán nuestros becarios hacerse con los programas y con las miles de historias y retos a los que tendrán que enfrentarse cada día?. ¿Quién será expulsado debido a su descarada incompetencia?. ¿Surgirá una imposible y bonita historia de amor?. ¿Habrá quizás alguna deserción?. ¿A quién se le verá el plumero antes?. ¿Quién hará de su arte sirviendo cafés una profesión?

Todas estas interrogantes y muchas más, de lunes a viernes, de sol a sol, fines de semana posiblemente también.

Próximamente. Estreno en televisión.


P.D.: La foto, de aquí. Molto gracie.