miércoles, 19 de noviembre de 2008

Manuel Alcántara, ¡hijo de mi vida!...

Medio siglo dedicado al periodismo. Más de 18.000 artículos escritos con tiento y perseverancia en una vieja y ya anacrónica Hispano Olivetti -"¡Tengo que darle dos veces a la tecla para que se marque la letra!"-. Ochenta años y un verbo ágil y magistral. La máxima de este entrañable malagueño es "no aburrir ni a Dios sobre todas las cosas". Y lejos de aburrirnos, nos divierte.

Manuel Alcántara es un gran columnista, un excelente escritor, un locuaz periodista... Es un caballero. Es genial.
Le comparan con el gran Larra, pero Manolo insiste en que es "alumno de sus discípulos".

No es que esté ensayando su presentación ni tampoco tengo pensando hacerle la pelota para entregarle un curriculum de estos que he fotocopiado al por mayor (¡Temblad! Próximamente llegarán las tarjetas de visita...). Sinceramente, poco sabía de este señor hasta que le he conocido hoy en persona en el homenaje que le ha hecho El Correo y la UPV/EHU.
He disfrutado escuchando su discurso irónico y delicioso; habla como escribe, y pienso leer mucho más a este hombre que dice perlas como ésta:

"Soy un espectador implicado de la vida"

"La obsesión por la muerte corresponde al amor por la vida"

"La inspiración es un trance adecuado por el que algo bueno pide salida"

"La vejez es una colección de frustraciones. Uno es viejo cuando entra a un harén y siente lo mismo que cuando entra a una floristeria"

"Me gusta escribir en caliente, pero con toda la sangre fría"