lunes, 21 de abril de 2008

Orgullosos de su "estrellita"


Ahí van. Con su coche tan impoluto y brillante. Han estado todo el domingo limpiándolo como jamás se han lavado ellos mismos, ajenos a toda sequía. Así, es lógico y comprensible que cuando una paloma deposita inocentemente sus excrementos en la flamante carrocería del súperdescapotable, su dueño ponga el grito en el cielo.

Y parece que el lunes aún le dura el cabreo, cuando acelera justo cuando tú vas a adelantarle. Entonces se le dibuja esa estúpida sonrisa de cuestionable satisfacción. Se cree un auténtico dios porque con sus 200 y pico cv te ha adelantado por la derecha, a ti, humilde dieselón de 9o cv.

Wow. ¡Qué tio! Me he quedado a cuadros, sí, señor. Qué garra, qué control del volante, qué (pre)potencia... Y la gente aplaudiendo a Alonso, si es que no hay derecho.
Y ese control... Ese frenazo de 100 a 0 en medio microsegundo porque ávidamente te has percatado de un rádar y pasas de que te pillen (yendo a 60km/h por el carril de la izquierda, en fin). No se te escapa una, eres el terror de las nenas. Qué crack (aplausos).

Pero, lo mejor de todo es cómo te quitas ineptos de la carretera, ¿eh? Cómo les apuntas con tu estrellita, cual punto de mira amenazador, te pones a menos de tres centímetros del coche que te precede como diciéndole que se aparte, que vas tú. Y que la carretera es tuya.

Y mientras tanto tú, asombrado de lo mucho que madrugan los necios, te apartas resignado para observar inmediatamente después cómo la estrellita vuelve al carril derecho y reduce tanto la velocidad que no te queda otro remedio que adelantarle. Sabiendo que en cuanto "te huela" pisará el acelerador para que no puedas con él. Y así sucesivamente. Es absurdo, pero abundan personajes que no tienen nada más de qué fardar y se entretienen así.

En fin, nos vemos en el Lejano, Lejano Oeste.

Invito yo.



PieDefoto: Podría ser la "txafi", haré un fotomontaje próximamente (en mi próxima vida, quizás). Pero no es, todo es una farsa, para qué engañaros, lo he cogido de aquí. Gracias por no delatarme, una vez más.

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