domingo, 23 de marzo de 2008

De ingenieras sanitarias y necios solemnes

Son las 22.45 horas de la que ha sido –y aún es-, una larga jornada electoral. Loli y María esperan a que salgan todos para poder entrar a limpiar las dos salas del colegio público que ha permanecido abierto todo el día para que los vecinos fueran a votar. Los presidentes, vocales  y funcionarios que han permanecido allí toda la jornada tardan en marcharse. Pasan de una sala a la otra y ellas no pueden hacer otra cosa que no sea esperar.

Por fin, comienzan a salir fuera y se ponen rápidamente manos a la obra. Su función es eliminar todo rastro de “democracia humana”, papeletas, botellines de agua, papeles y más papeles… Y dejar todo impecable, perfecto para que mañana a primera hora los niños no perciban que sus papás estuvieron allí ejerciendo el derecho al voto.

Son las 00.00h, y ellas limpian con brío, ajenas a la fiesta postelectoral y a todo análisis que no sea el que afecta exclusivamente a sus bolsillos. Cuando procede e interesa, los políticos y demás defensores acérrimos del lenguaje políticamente correcto las llaman “ingenieras sanitarias” o ridiculeces ofensivas por el estilo, pero el caso es que cuando ellas les han dado las buenas noches a los señores y señoras que han presidido la mesa electoral, éstos no han respondido a su saludo. No es que muestren desprecio… Es pura indiferencia. O quizá sí que haya cierto desprecio, quizá exista ese sentimiento guardado en lo más hondo y oscuro de nuestro ser que nos hace pensar que estamos por encima de algunas personas. Uno de ellos bromea –sin pizca de gracia al parecer de Loli y María-, y mientras esboza una sonrisa de señorito relamido dice: “Creo que tenemos que hacer de nuevo el recuento…” Y prosigue ante la mirada impaciente y contenida de las limpiadoras: “Tendréis ganas de iros, ¿no?”; “Pues sí”, responde Loli, guardando las formas como podía, a esas horas-, “Pues nosotros también tenemos ganas de irnos, ¿eh? Nosotros también”. Pues muy bien, piensan ellas para sí. Aunque quizá él no tenga que levantarse a las seis de la mañana. Cogen el carrito y esquivan las bromas inoportunas del señorito “prepotencia jocosa”. Se nota que está contento y con ganas de vacilar un poquito; se conoce que su partido habrá obtenido los resultados que ansiaba.

Son las 00.20h, y una de ellas rompe el silencio hasta ahora protagonizado por el vaivén de las fregonas. “Nos tratan como si fuéramos un cero a la izquierda”, sentencia María, mientras va de un lado para otro, con garbo e imparable, seguida de la fregona. Loli replica: “Son ellos los que deberían sentirse así por tener tan poca educación”. Y es que no es la primera vez que las miran por encima del hombro. La especie humana es tan inepta e imbécil que dependiendo del uniforme o “la pinta” que lleves te tratan de una manera u otra. Igualmente, actuamos diferente si llevamos un uniforme que un “traje de luces”, como llama María a su vestimenta azul de limpiadora. Así, son muchos los que se creen dueños de la máxima autoridad o respeto por llevar un uniforme de vigilantes, y son muchos los que faltan el respeto a personas que están ganándose la vida honradamente sólo porque portan una fregona y un plumero en lugar de una porra o una corbata.

Así las cosas, Loli y María terminan su tarea de limpieza nocturna y suspiran aliviadas porque hasta dentro de otros cuatro años no tendrán que volver a limpiar un colegio electoral a altas horas de la noche de un domingo. Y todo a cambio de una miseria. Después de todo, ambas concluyen que lo que más ha subido de precio en los últimos años no ha sido ni la leche ni la carne de cerdo. Lo que más se ha encarecido en la sociedad ha sido el saludo.

 

Es la una de la madrugada. Que tengas ustedes muy buenas noches. Mensaje gratuito por cortesía de Amaia Santana Zorrilla.  

2 comentarios:

Anónimo dijo...

El saludo. Y el respeto.
Unas de las grandes carencias de esta sociedad. ¡Pero qué coño!
Parecemos todos imbéciles, la verdad.
Que tal por los madriles??
Musus!! =D

Amaiasan dijo...

Gracias Keltsebú, con este "minitrasvase" de mensajillo has saciado la sequía de comentariios de este polvoriento blog.

¡Mi saludo y mi respeto camarada! juass.

Sobrevivo a Madrid, creo. Lo de la corrupción de Seseña es otro rollo... jeje.

A ver cuándo nos vemos pedorrrii!!

Kisses&Hugs