viernes, 28 de enero de 2011

Human Behaviour --> Fobia a las agujas: el caso de Rubén C.P.

"Con el tiempo terminará dándome igual que me pinchen o no"

Desde que tiene uso de razón, las agujas le han dado pánico. Aunque era mucho más que eso: Rubén tenía fobia a las inyecciones, hasta el punto de desmayarse. A ese miedo paralizante se unía la incomprensión de aquellos que no padecían lo mismo que él. “Quien no sufre una fobia piensa que es una tontería”, apunta. Pero tarde o temprano tuvo que enfrentarse al problema –“no quería llegar a viejo y verme en un hospital montando un numerito cada vez que viera una jeringuilla”-, así que tras informarse en Internet y consultar a varios médicos, se armó de valor y se decantó por una terapia de hipnosis clínica. Tras siete sesiones, el resultado ha sido muy satisfactorio. Recientemente superó una prueba de fuego y se hizo su primer análisis de sangre “en mucho tiempo”. Ni sudores, ni mareos, ni desmayos. Situación controlada. Ahora ‘sólo’ teme tener el colesterol por las nubes, después de tanto tiempo sin pasar la revisión...

¿En qué momento te diste cuenta de que tenías un problema con las agujas? ¿Cuáles fueron los síntomas?

La primera mala experiencia que recuerdo fue siendo yo muy niño, tendría unos tres años. Mi madre me llevaba a la farmacia porque me tenían que poner unas inyecciones -no recuerdo por qué motivo-, y era ver entrar al practicante y ponerme a temblar y a esconderme debajo de la mesa. Lo pasaba muy mal. Posiblemente aquí empezó mi calvario. A raíz de esto, cada vez que tenía que someterme a un análisis de sangre o me vacunaba lo pasaba peor. Aún recuerdo los días que tenía que hacerme un análisis... El camino hasta llegar al ambulatorio, el olor al entrar, la espera, la dichosa goma de plástico en el brazo... He montado auténticos numeritos e incluso he llegado a desmayarme.

¿Hay antecedentes de esta fobia en tu familia?

Sé que mi padre también lo pasa mal, pero no, no tiene fobia. Tampoco conozco más casos en mi familia.

¿Cuándo decidiste solicitar ayuda profesional? ¿A quién acudiste?

Llevaba tiempo pensando que tenía que hacer algo al respecto. No quería llegar a viejo y verme montando el numerito en el hospital cada vez que viera una jeringuilla. Sin embargo, lo fui dejando simplemente por miedo a enfrentarme a ello, y también porque temía que nadie me entendiera, ya que el que no tiene fobia no sabe lo que es y piensa que es una tontería. Me estuve informando en foros de Internet y descubrí que por desgracia hay mucha gente con mi fobia o incluso con otras mucho peores. La gente hablaba de la hipnosis clínica como la mejor terapia para superarla, así que después de pedir información y presupuestos a varios médicos, me decidí por uno y empecé a asistir a la terapia.

¿Qué tal ha ido el tratamiento?

La experiencia ha sido buena a juzgar por los resultados, aunque he de admitir que varias veces pensé en dejarlo porque sentía que no avanzaba. Creía que la solución iba a ser más rápida, ya que la mayoría de la gente que comentaba en los foros sobre fobias decía que en unas 3 o 4 sesiones se solucionaba. Yo tuve que asistir en torno a siete.

¿Qué tipo de actividades has realizado en las sesiones?

Las sesiones eran individuales. Me tumbaba en una camilla y me colocaban un pulsómetro en un dedo para medirme los latidos del corazón y para controlar lo que yo denomino como ‘la línea de la imaginación’. Se trataba de averiguar cuándo el consciente se relajaba y dejaba al subconsciente absorber todo lo que me decía el médico. Esta ‘la línea de la imaginación’ también servía para comprobar que no me quedara dormido. Todo esto amenizado con una música relajante -aunque también repetitiva-, junto con sonidos de olas de mar, delfines... Pero eso sí: con la hipnosis en ningún momento estás a merced del médico, siempre eres consciente de lo que pasa. Durante el tratamiento también realice algunos ejercicios como por ejemplo pinchar un limón con una jeringuilla, observar cómo inyectaban a mi padre una medicina e incluso inyectarle yo mismo la medicación. Esto último era algo impensable para mí antes de empezar la terapia.

¿Consideras superada tu fobia?

Sí, creo que está curada, aunque también sé que a partir de ahora depende de mí no volver atrás. Cada vez que tenga que hacerme un análisis de sangre, tendré que controlarme para no volver a sentir ese miedo, y espero que con el tiempo terminará dándome exactamente igual que me pinchen o no.

¿Has tenido que pasar un 'examen final' para comprobar que has vencido definitivamente el problema?

El último ejercicio que realicé fue que durante cuatro días me tuve que levantar temprano para ir al centro de salud simulando que tenía que hacerme unos análisis de sangre. Hablé con los médicos y les conté mi caso. Fueron muy amables y comprensivos. Al quinto día, volví al centro de salud, pero esta vez era para hacerme los análisis de verdad. Estaba algo nervioso, pero sólo eran eso: nervios. El miedo ya no estaba allí. Me tumbé en una camilla y me pusieron la goma en el brazo. En ese momento reconozco que lo pasé un poco mal, porque odio la maldita goma, pero logre controlarme rápidamente. Me pincharon y cuando acabaron no me sentía mal ni tampoco me desmayé. ¡Estaba contento porque hacía muchísimo tiempo que no me hacía esta prueba! Aunque luego me asusté al pensar que debería de tener el colesterol por las nubes, ¡pero por suerte mi médico me dijo que estaba fenomenal!



Pie de foto: La imagen está tomada de aquí. Muchas gracias y disculpen las molestias.

3 comentarios:

mendi dijo...

je, je
ahora no te aventuras a escribir tanto en tu blog, ¿eh?
Para eso sirve el DEIA, niña, para llegar a casa agotado, tumbarte en la cama y dormir sin apenas soñar.
Cuidado: vale para un rato, pero luego es importante volver a soñar ¿eh?

Amaiasan dijo...

Ji, ji... Lo del agotamiento es cierto, el abandono del blog evidente, pero en lo de dejar de soñar, discrepo: si bebes, no conduzcas; pero si vives, por defecto tienes que soñar. Es como respirar.
Otra cosa es blasfemar aquí, en este humilde y trasnochado blog, jeje. Intentaré buscar un hueco para escribir paranoias varias, aunque muchos no lo entiendan para mí es muy sano, más que fumar o colgar fotos en el Tuenti. ;-)

Muak!

iñaki dijo...

olé!