viernes, 29 de octubre de 2010

Reflexiones para rumiar en el puente. Con ustedes, Hermann Hesse


Mi inspiración -ese fugaz estado de apasionada lucidez y entusiasmo por contar algo-, está apagada o fuera de cobertura. Las telarañas de este mísero blog dan fe de ello. Así que tiraré de 'benchmarking', o lo que es lo mismo, parafrasearé reflexiones de genios insuperables y me quedaré tan ancha.

A continuación destaco algunas frases inmortales de Hermann Hesse, degustadas ayer en su libro de recopilaciones 'Mi credo'. Buen provecho:


"Durante el transcurso de mi juventud cristiana no recibí de la Iglesia ninguna experiencia religiosa (...) Nunca he vivido sin religión, y no podría vivir sin ella ni un sólo día, pero he podido pasar toda la vida sin ninguna Iglesia". (1931)

"Veo el mundo actual como un manicomio y una mala pieza sensacionalista, y muy a menudo siento náuseas, pero siempre pensando, como cuando se contempla a un loco o un borracho: "¡Qué avergonzados se sentirán cuando recobren el juicio!"". (1938)

"El peor enemigo y corruptor del hombre es la tendencia, nacida de la pereza mental y de la necesidad de calma, hacia comunidades de dogmática absolutamente fija, ya sean religiosas o políticas". (1950)

"Los malos gobernarán y alimentarán su codicia, los indiferentes les seguirán, jubilosos o torvos, y los pocos hombres despiertos se mantendrán al margen, pero también se enfrentarán al mundo de los malos y de la fuerza con tentativas de salvación tan maravillosas como las de Buda, Sócrates, Jesús, como el cristianismo primitivo, los cuáqueros, el espíritu de Gandhi". (1950)

"Querer mejorar a la humanidad resulta siempre inútil". (1956)


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