jueves, 10 de diciembre de 2009

Se busca OFICIALO


Minutos antes de que leyera el artículo dominical de Arturo Pérez-Reverte en XL Semanal, me llamó la atención este curioso anuncio en la sección de clasificados del suplemento 'Dinero&Empleo', donde se demandaban 'oficialas' y 'oficialos' de peluquería, escrito, eso sí, en su versión económica -y errónea-, "oficiala/o". Dirán ustedes, ¿y eso qué es? ¿Qué formación y destrezas requiere semejante puesto (o puesta)?

Para nuestro alivio, el anuncio detalla las funciones a desempeñar: "secador mano, corte y peinado". De cabezas y cabezos. Y cabezones. De calvas y calvos, también. No vaya nadie a ofenderse en esta fiesta puritana y correcta sin música, porque si ponemos la radio viene la Santa Teddy Inquisition y se acabó lo que se daba. Que ya está bien de ultrajar los derechos personales e intransferibles del autor de Paquito el chocolatero, allá donde esté. "La música es empleo", rezaban (¿o tal vez deba decir amenazaban, por el tono enrabietado de los manifestantes en cuestión?) hace unos días los carteles que portaba un puñado de artistas y artistos, muy enfadados ellos por la lacra de las descargas masivas de la egoísta, lasciva y desalmada ciudadanía y de la piratería. [A propósito: ¿Por qué no hacer un poquito más de yoga y autocrítica? Quizá los malvados topmantistas no sean los únicos culpables de las malas ventas o el declive de su carrera musical. Pregunto].

Por supuesto, se refieren a la piratería de los negritos de los cedés, ¿eh? En el caso de los de ultramar, nos ponemos la cara de pacifistas solidarios y decimos que esos negritos armados hasta las cejas y cejos sólo secuestran, torturan y amenazan porque, efectivamente, esos pececitos son patrimonio de su cultura. Y nosotros (y nosotras) somos unos abusones colonialistas y racistas que vamos a sus mares a robar. Y encima nos quejamos si nos hacen pupa. Habrase visto.

Volviendo al asunto que nos atañe. El anuncio del oficialo. Estoy convencida de que creará tendencia. No es que la gente se haya vuelto paranoica, simplemente es el instinto de supervivencia. Queremos vivir en paz. El peluquero acata la norma de pagar 12 euros al mes a cambio de seguir escuchando la radio y cortando el pelo y la pela a sus clientes y clientas. La dueña de la mercería desiste de su original campaña y despide a los modelos y modelas porque no soporta más que los viejos la critiquen y le afeen la conducta para después babear ante el escaparate.

El pescatero desembolsa más guita para rotular en por lo menos tres idiomas oficiales y así dormir tranquilo, confiado de que no recibirá multas ni denuncias motivadas por chivatos envidiosos. De esta manera, no es extraño leer un anuncio de estas características. El demandante sólo quiere cubrirse las espaldas. A quién contrate finalmente, vaya usted a saber. Pero de momento, se buscan oficiales, oficialas y oficialos. Por si acaso.

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