miércoles, 1 de julio de 2009

Calle Providencia

Se da la circunstancia de que tienes una cita, por decirlo de alguna manera.
Y esperas en el lugar acordado. Al cabo de unos pocos minutos, te das cuenta de que has quedado en el peor rincón del pueblo que se te podía ocurrir. Luego piensas que tampoco existe otro lugar demasiado agradable mires donde mires, y quedes donde quedes. Siempre encuentras algo profundamente desagradable, al menos si eres un anarca-cascarrabias como yo.

Esperas y esperas, y el muy desgraciado no aparece. La espera comienza a desesperarte, y pronto te preguntas qué demonios haces ahí, por qué has tenido la 'brillante' idea de quedar en ese cruce absurdo, de esa calle absurda, de ese nefasto pueblo.

De pronto, sientes que todos los transeúntes te incomodan con sus descaradas miradas, y sentirse estúpida se vuelve algo inevitable, dadas las circunstancias.
Impaciente, comienzas a caminar haciendo estúpidos semicírculos. Das cuatro pasos adelante, das ocho atrás. Repites el micro-paseo por las cuatro baldosas rotas y radioactivas de aquel pedacito de calle destartalada.

Pasan los minutos y aún sigues ahí, como una pánfila. Sigues las instrucciones del libro 'Cómo ser una pánfila de libro' y haces una 'perdida' al móvil de la persona que no acaba de aparecer. Como si esa triste acción acelerara el proceso de espera.

Pero también te preguntas por qué has acudido tan pronto a la cita a sabiendas de que el concepto de "cinco minutos" dista muchísimo de una persona a otra. Eso de "en cinco minutos" es tan falso como lo de "a ver cuándo estamos" o "te llamo un día de éstos".

El tiempo es relativo. Todo es relativo, en verdad. Pero el hecho de que te sientes completamente estúpida pierde en relatividad cada minuto, y gana en certeza.

Y entonces, una señal. Una señal que había estado ahí todo el tiempo, frente a tus vanidosas y egocéntricas narices, pero que no habías reparado en ella.

Providencia. Sin saberlo, has quedado en la calle 'Providencia'. Después, tras la bochornosa cita, consultas el significado de 'providencia' en la RAE. Encuentras un significado religioso, pero también otros más profanos que relacionan providencia con determinación, y cruzando ambas palabras terminan por salirte las de logro, objetivo, valor. Osadía.

Y al final de la espera, y la vana reflexión, y los pasitos tímidos en semicírculo, llegas a una conclusión:

Me voy (que no "me iré").


Ahora, sólo queda encontrar una fecha apropiada.


Pie de foto: Me fascinan las escaleras sumergidas en el agua. Supongo que esto tendrá algún significado psicoanalítico, pero francamente tampoco lo quiero saber. Disfruten el verano.

2 comentarios:

iñaki dijo...

Joder si tiene metáfora la foto.
Una isla en medio del agua, una escalera que sube a la nada...
Puedes estar ahí, subiendo y bajando, toda la vida,...
o probar a saltar.
bes/salud... os

iñaki dijo...

Y la cita, claro.
Si no llegó es porque no te merecía.
O porque al ver una chica tan mona se escondió detrás de la escalera.
Je