Tras la crónica sobre la brillante conferencia de Leopoldo Abadía, re-estreno esta nueva categoría relatando el 'día -o los días-, después' de esta
jornada para que los jovencitos encuentren empleo pronto y sin dolor. Lanzo una pregunta al aire contaminado: ¿A quién estaba dirigida esta feria de empleo? Mi ingenuo raciocinio me llevó a pensar en primera instancia que, efectivamente, se dirigía a jóvenes que ya tenían determinada formación y se acercaban entusiastas a los
stands de las empresas participantes para entregar su pulcro curriculum. Ciertamente fue así, pero más bien en lo oficial. Porque en la cruda realidad -y desde aquí aprovecho para enviar mi más sincera enhorabuena a los organizadores y responsables de comunicación del evento-, el público objetivo varió un poco.
Para empezar, al llegar al Palacio Euskalduna me encontré con varios autobuses aparcados en frente. ¿Una asociación de jóvenes parados sin fronteras y sin coche propio que se han puesto de acuerdo en alquilar un autobús? Nada más lejos. Institutos. FP. Bachillerato. Universitarios, también, aunque creo que más diluidos (por eso de que ya son mayores de edad).
De pronto, me sentí un extra más de Física&Química. La chavalería inundó la feria enfervorizada, ávida de bolígrafos y demás
merchandising de las empresas, que aguantaban el tipo -y el
stand-, como buenamente podían. Si cualquier cámara de televisión irrumpía en cualquier momento -tanto por la mañana como por la tarde-, la noticia estaba hecha: "llenazo total", "exitoso seguimiento de la feria de empleo...". Al menos, esta feria no se ha organizado un par de días antes de las elecciones, y esto que digo no es ciencia-ficción,
créanme.
Reconozco que yo también cogí un boli y una libreta, pero no me puse a empujar a nadie ni a reírme sin interesarme en absoluto por las supuestas ofertas de empleo que las empresas presentes ofrecían, porque entre otras cosas, supongo que ya no tengo quince años y que se me acabó el cobijo de la enseñanza reglada. Así que no juzgo a estos jovenzuelos que les han llevado allí obligados sus profesores. Pero espeto: bochornoso.
A continuación, extracto de una conversación adolescente que me pilló en medio -literal-, de una conferencia sobre las oportunidades de empleo en la web 2.0 -la conclusión de esta ponencia nos vino a decir que si queremos ser community manager nos busquemos la vida -nada nuevo-, o nos vayamos "al extranjero" (sic) -en fin, qué inspiración-. Bueno, que pierdo el hilo, he aquí el diálogo, y no es un avance del próximo capítulo de la mencionada serie juvenil:
Sujeto A: - Joder, ¿y cuánto tiempo dices que tenemos que estar aquí?
Sujeto B:- Pues no sé, creo que esto es de 16.00h a 17.00h y luego tenemos otra cosa de 17.00h a 18.00h.
Sujeto A: - ¡Joder! ¿Una hora aquí? ¡Buah, chaval!
Descripción del sujeto A: Un chaval de entre 15 y 17 años -no sé concretar-, que al parecer se pensaba que la conferencia la daban Pastis&Buenri. Era un tipo al que ganas tuve de darle una hostia o un tranquimazin debido a sus numerosos tics nerviosos y sus comentarios de "¡Qué flipada!" en alusión a la ponente.
Descripción del sujeto B: Una chica de la misma edad del sujeto A, más educada pero con una tos de camionera que cada vez que expectoraba nos regalaba un nauseabundo olor a chorizo de pamplona, algo que añadido a su olor a sudor, evita que describa un perfil más amable de este sujeto (o sujeta).
Conclusión: no espero que me llamen de ninguna empresa a la que entregué mi curriculum más que nada por la cara de sorpresa que me pusieron cuando me acerqué con mi CV en papel cuché a todo color. "Perdonen, es que por un momento creí que esto era una 'feria de empleo juvenil'"...